Lo que parece imposible 

“Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18).

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En la película «Camino a Belén», dirigida por Adam Anders, María, la madre de Jesús, expresa todos sus temores por el hecho de llevar al Hijo de Dios en su vientre, en una canción dirigida al Señor: «¿Cómo puedo sostenerte a ti si soy yo quien necesito que Tú me sostengas? ¿Cómo puedo cuidarte a ti, si solo Tú puedes cuidar de mí?» Expresa todo su asombro pensando en Jesús, en ese bebé que es Dios hecho hombre, que se introduce en lo más profundo de nuestra debilidad, cuando somos nosotros los que necesitamos ser cuidados por Él.

Cuando escuché la canción me hizo pensar en la frase de la carta a los Hebreos que acabamos de leer, en la que nos dice que el Señor vivió, fue tentado, y soportó la misma debilidad que nosotros, para saber cómo nos sentimos, estar a nuestro lado y ¡hacernos vencedores en la lucha!      

Jesús sabe que, en muchas ocasiones vamos a sentirnos débiles y solos. Él nos comprende cuando somos despreciados por otros y pensamos que la vida no tiene sentido. Conoce cada uno de nuestros sentimientos porque los adoptó como suyos. Por eso, Él no solo va a acompañarnos siempre, sino que sabe exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón.

Necesitamos confiar en un Salvador así. Nuestra vida tiene sentido cuando amamos con todo nuestro ser, a nuestro Señor, el que siempre cuida de nosotros.